Atajos para la Vida

Una primera experiencia
positiva para tu hijo
con un teléfono inteligente

Que el primer teléfono inteligente de tu hijo sea una oportunidad para fortalecer su relación y renovar la confianza.

Los niños anhelan la libertad que representa un primer teléfono inteligente. Pero los padres saben que conlleva nuevos peligros y, cuando se trata de un teléfono inteligente, existe la tensión entre el deseo de independencia del niño y la necesidad de protección del padre capaz de originar secretismo y falta de confianza. ¿La solución? Establecer patrones de comunicación saludables en torno al uso de teléfonos inteligentes desde el principio. Estos son algunos consejos para potenciar la primera experiencia de tu hijo con un teléfono inteligente y, al mismo tiempo, mantener un uso responsable.

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Renunciar a la idea de control

Este es un escenario demasiado común: un padre le da a su hijo un teléfono inteligente, pero se trata como algo que puede aprovecharse como una forma de castigo y control. Pero este enfoque puede fomentar comportamientos rebeldes y secretos que no ayudarán a mantener seguros a los niños en línea. También es contraproducente para el objetivo final de toda la crianza, que es enseñarle a tu hijo cómo estar seguro y ser autosuficiente cuando no está cerca.

En cambio, ¿por qué no considerar el teléfono inteligente como una herramienta que necesita aprender a usar en vez de algo con que castigarlo? Acuerden un período de observación necesario de unas semanas o meses para que controles el uso de su teléfono inteligente y le enseñes a usarlo de manera responsable. Por ejemplo, podrían acordar revisar su historial web una vez por semana durante los primeros meses para comentarle qué tipo de sitios web son peligrosos.

Lo más importante es vos y tu hijo conversen desde el principio y establezcan objetivos mutuos que demuestren respeto por su independencia. Ese es el primer paso para establecer la confianza mutua de los teléfonos inteligentes.

Crear un contrato de ciudadanía digital juntos

Cada familia debe crear un contrato cuando un niño recibe su primer teléfono inteligente, pero no tiene que ser intimidante o complicado. En cambio, pensá en su contrato familiar como un motivo para analizar sus esperanzas de todo lo bueno que puede surgir del primer teléfono inteligente de tu hijo.

Empezá preguntándole qué significa para él la ciudadanía digital y luego compartí tus propias definiciones. También podés preguntarle a tu hijo cómo planea usar su teléfono inteligente, después decirle qué te entusiasma de este hito (“¡Estoy ansioso por poder mandarte mensajes de texto tontos!”). A continuación, compartan sus ansiedades entre sí: por ejemplo, tu hijo podría preocuparse de que revises sus textos, mientras que vos podrías preguntarte si tu hijo ignorará tus llamadas en una emergencia. Luego, intenten trabajar juntos para descubrir cómo estos miedos pueden desaparecer.

Al final, el contrato con el que terminen reflejará esta conversación. Lo más importante que debés recordar es que, más allá de la forma que sea el contrato, debe diseñarse teniendo en cuenta la recompensa. Después de todo, las técnicas de crianza más eficaces refuerzan los comportamientos positivos. Helado por apagar el teléfono a las 9 p. m. todas las noches, ¿alguien quiere?

Enseñale a tu hijo a bloquear los hostigadores cibernéticos de forma temprana

Se estima que el 21 % de todos los niños de entre 10 y 18 años han sufrido hostigamiento cibernético de una forma u otra. Desafortunadamente, los síntomas de ser acosado cibernéticamente son bastante similares a un comportamiento típico de adolescentes: retraimiento y secreto, quedarse en casa enfermo y no ir a la escuela y otros cambios repentinos de personalidad. Eso puede hacer que tener una conversación sobre el hostigamiento cibernético sea extremadamente difícil una vez que comienza.

La solución es comenzar a hablar de ello desde el principio y enseñarle a tu hijo a no alimentar nunca a los “trolls”. Explicale que debe sentirse seguro de hablar con vos sobre ser víctima de hostigamiento cibernético. Prometé que no tomarás ninguna medida (por ejemplo, confrontar a los padres de un hostigador cibernético en su nombre) sin su permiso. Pero también asegurate de que sepan que, a veces, la forma más eficaz de lidiar con el hostigamiento cibernético es la más simple: si alguien los hace sentir incómodos en línea, deben bloquear primero y hacer preguntas más adelante.

No seas hipócrita

Siempre que sea posible, modelá el uso del teléfono inteligente que te gustaría enseñar. Por ejemplo, si querés alentar a tu hijo a pasar un tiempo con la familia sin pantallas, asegurate de poner tu propio teléfono en una habitación diferente. Si no querés que tus hijos coman mientras se desplazan por sus “feeds”, asegurate de que tu propio teléfono inteligente nunca aparezca durante la hora de la comida.

Esto incluso puede extenderse en cuanto a cómo te comportás en línea y cómo establecés límites para vos. Llamá a tu hijo y mostrale ejemplos de interacciones positivas que tengas en las redes sociales, para que vea el comportamiento que puede emular. Del mismo modo, si esperás que solo pasen una cierta cantidad de horas por día en las redes sociales, mostrales cómo se hace estableciendo límites en el uso con la Configuración de bienestar digital de tu teléfono inteligente Samsung Galaxy.

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  • * La experiencia/interfaz del usuario real puede diferir.
  • ** Imagen de pantalla simulada solo con fines ilustrativos.

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Y asegurate de que comiencen con el pie derecho.

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