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Coloca una cabeza de ajos envuelta en papel de aluminio sobre una bandeja para horno y hornea durante 25 minutos a 175 °C Convección hasta que estén blandos. Pica o aplasta para crear una pasta. Tamiza la harina en un cuenco, añade la levadura, el romero picado, el ajo, la sal, el aceite y el agua, y mezcla hasta formar una masa poco trabajada con los dedos. Forma una bola, coloca sobre una superficie ligeramente enharinada y amasa durante 10 minutos hasta que quede suave y elástica.

Pasa la masa a un cuenco limpio, cúbrela y déjala que suba durante 1-2 horas hasta que doble su tamaño. Una vez subida, amasa de nuevo en el cuenco y estira la masa sobre una bandeja para horno de 25 x 35 cm engrasada o un recipiente bajo para hornear. Cúbrela de nuevo y deja que suba 30-40 minutos hasta que vuelva a doblar su tamaño.

Llena el depósito de agua del horno hasta la línea máxima. Calienta el horno a 180 °C con la función de Convección por vapor a vapor medio. Reparte las ramitas de romero y rocía las 3 cucharadas de aceite restantes sobre la masa.

Presiona suavemente la masa con los dedos, dejando pequeños huecos en la superficie y, a continuación, esparce las escamas de sal marina.

Introduce la bandeja del horno o el recipiente en el horno precalentado y cocina durante 30-35 minutos hasta que la corteza esté dorada y crujiente, y el fondo suene hueco al golpearlo.

Deja enfriar sobre una rejilla antes de cortar en cuadrados. Este versátil pan plano puede servirse como aperitivo o entrante, solo o con aderezos, para mojar en salsa o comer con sopa, o incluso como bocadillo.