Guía de compra de pantallas

¡No te detengas! Cuando juegas títulos de deportes, acción o FPS (shooter en primera persona), un segundo de retraso determina quién gana o pierde. Por eso es tan importante el tiempo de respuesta de una pantalla y, para jugar, es imprescindible contar con una de bajo input lag. Cuando se mide la velocidad, el retraso de entrada -el tiempo que transcurre entre que se pulsa un botón de un mando y se ve reaccionar el juego- se mide en ms (milisegundos). Cuanto menor sea el input lag, más rápida será la velocidad de reacción. Por lo tanto, una pantalla con un procesamiento fluido sin tearing (FreeSync) y un bajo input lag, es sin duda la mejor opción.

Si quieres sumergirte por completo en el mundo de los videojuegos, una pantalla con una frecuencia de actualización de 144 Hz te proporcionará la experiencia fluida y real que buscas. Una frecuencia de actualización de 144 Hz significa que puede mostrar hasta 144 fotogramas por segundo, lo que hace que los juegos de ritmo rápido se vean más fluidos y con menos desenfoque de movimiento. Esto, a su vez, puede ayudarte a reaccionar más rápido a las situaciones del juego y darte esa ventaja competitiva.

A menudo se dice que, a la hora de comprar una pantalla, cuanto más grande es mejor, y lo mismo ocurre cuando se trata de elegir el mejor tamaño de pantalla para jugar. Esto es especialmente cierto cuando compites contra tus amigos en un juego de varios jugadores o tienes una competencia de baile con tu familia. Una pantalla más grande hace que cualquier juego sea mucho más divertido y emocionante.